Si tu marca no vibra contigo, ¿por qué esperas que vibre con otros?
Muchas veces lanzamos una marca personal como si fuera una tarjeta de presentación con esteroides: linda, profesional, y supuestamente convincente. Pero algo no cuadra… y las ventas tampoco llegan. ¿Te suena?
El problema no es tu logo, ni tu copy, ni tu web (bueno, a veces sí 🤭), pero la mayoría de las veces el problema es más interno que externo: no te la crees.
Cuando una marca no está construida desde la verdad, desde tu lenguaje, tu energía y tu historia, se vuelve un disfraz incómodo. Un ruido sutil que el cliente siente, aunque no sepa explicarlo.
Y si tú mismo no sientes emoción al compartir lo que haces, si no hay orgullo, si no hay un fuego que se nota aunque no digas una palabra… no vas a vender.
Tres señales de que no estás conectado con tu marca:
- Hablas de lo que haces con frases genéricas que podrían decir mil personas más.
- No sabes cómo diferenciarte, porque todo te suena igual a lo que ya existe.
- Publicar en redes se siente como una obligación incómoda, no como un canal de expresión.
¿La solución? Reconectar.
Revisar no solo lo que ofreces, sino desde dónde lo ofreces. ¿Qué parte de ti necesita ser escuchada, no como emprendedor, sino como humano?
Porque una marca personal que no nace de lo personal, está condenada a sonar vacía.
Y en Juan Marketing, eso lo sabes bien: aquí no vinimos a fingir que vendemos. Vinimos a sacudir.
