Durante años, nos vendieron la idea de que tener un diseño bonito era el objetivo. Un logo que se vea cool, una paleta de colores bien pensada, una web visualmente atractiva. Y sí, todo eso suma… pero hoy ya no es suficiente.
En un mundo donde todos los negocios tienen acceso a plantillas, mockups y bancos de imágenes de lujo, la verdadera diferencia no está en cómo te ves, sino en cómo haces sentir a tu audiencia.
La experiencia lo es todo
La experiencia no es algo abstracto ni exclusivo de grandes marcas. Es la suma de pequeñas decisiones que hacen que alguien diga “wow”… o cierre la ventana.
Piénsalo:
- Entras a una web que se ve divina, pero no entiendes qué hace ni cómo navegarla.
- Te llega un correo con diseño increíble, pero está lleno de texto robot sin alma.
- Ves un anuncio estéticamente top, pero te lleva a una landing genérica sin conexión.
Todo eso son diseños bonitos con cero experiencia. Y eso hoy, es un error fatal.
Entonces, ¿qué significa diseñar con experiencia?
Significa crear desde la empatía, no desde el ego visual.
Es pensar en cómo se siente tu cliente al usar tu sitio, leer tus textos, hacer clic en un botón.
Es entender que:
- Una buena experiencia empieza antes del primer clic.
- Las palabras también diseñan (el famoso microcopy vale oro).
- Los tiempos de carga, la estructura y la navegación también comunican.
- El tono de tu marca tiene que sentirse humano, no corporativo ni forzado.
¿Cómo mejorar la experiencia de tu marca?
Aquí van unos tips rápidos con flow:
- Diseña para guiar, no para presumir.
El usuario no debe adivinar dónde hacer clic. Debe sentir que tú lo llevas de la mano. - Crea un tono de voz coherente y auténtico.
Si eres relajado en Instagram, que tu web no parezca un contrato notarial. - Haz que cada detalle tenga intención.
Desde el asunto del correo, hasta el texto del botón de compra. Todo debe estar alineado con tu personalidad de marca. - Simplifica.
La experiencia mejora cuando el camino es claro. Menos es más (y más sexy también).
En resumen…
Hoy las marcas que conectan son las que hacen sentir.
La experiencia supera al diseño. Y tú no necesitas miles de dólares para lograrlo, solo necesitas intención, coherencia y creatividad.
Porque las marcas que se sienten, se recuerdan.
Las que solo se ven, se olvidan.